Mi nombre es Martha y
tengo 20 años,
soy una chica trigueña de 1.70 m de estatura, con un buen cuerpo,
piernas largas y bien torneadas, cintura pequeña, un buen busto
redondeado y proporcional a mi estatura, y un trasero redondo y pronunciado.
Estoy estudiando abogacía y tengo dos hermanos bastante mayores,
de treinta y cinco y treinta años de edad.
soy una chica trigueña de 1.70 m de estatura, con un buen cuerpo,
piernas largas y bien torneadas, cintura pequeña, un buen busto
redondeado y proporcional a mi estatura, y un trasero redondo y pronunciado.
Estoy estudiando abogacía y tengo dos hermanos bastante mayores,
de treinta y cinco y treinta años de edad.
Esta es la historia
que me ocurrió
cuando era una joven de 17 años de edad, y aunque ya me había
desarrollado totalmente no conocía mayor cosa sobre el sexo, solamente
lo que hablaba con las amigas del colegio y el magreo ocasional con alguno
de mis compañeros de clase, nada de importancia. No es que fuera
una mujer "rara" era que todavía mis hermanos, por la
gran diferencia de edad, me veían y me trataban como una niña,
pero pronto iría a conocer las delicias del sexo y a lamentar no
haberme iniciado más temprano.
cuando era una joven de 17 años de edad, y aunque ya me había
desarrollado totalmente no conocía mayor cosa sobre el sexo, solamente
lo que hablaba con las amigas del colegio y el magreo ocasional con alguno
de mis compañeros de clase, nada de importancia. No es que fuera
una mujer "rara" era que todavía mis hermanos, por la
gran diferencia de edad, me veían y me trataban como una niña,
pero pronto iría a conocer las delicias del sexo y a lamentar no
haberme iniciado más temprano.
El mayor de mis
hermanos, que en
esa época tenía 30 años, es un abogado prominente
y tiene un bufete en compañía de un amigo muy cercano a él.
Este era un abogado como de 35 años, de 1,90 m de estatura aproximadamente,
con espaldas de doble ancho y bastante buen mozo, se llama Gerardo.
esa época tenía 30 años, es un abogado prominente
y tiene un bufete en compañía de un amigo muy cercano a él.
Este era un abogado como de 35 años, de 1,90 m de estatura aproximadamente,
con espaldas de doble ancho y bastante buen mozo, se llama Gerardo.
Por relaciones de
trabajo, mi hermano
y él coincidían constantemente en la casa de mis padres,
ya sea para almorzar, cenar o simplemente para tomarse unos tragos y ocasionalmente
se quedaba a dormir por cualquier circunstancia.
y él coincidían constantemente en la casa de mis padres,
ya sea para almorzar, cenar o simplemente para tomarse unos tragos y ocasionalmente
se quedaba a dormir por cualquier circunstancia.
Yo nunca me había
fijado
en él como hombre pues me parecía muy mayor para mí
y más bien lo veía como otro hermano, y yo pienso que a él
también le sucedía lo mismo ya que platicábamos mucho
sobre mi instituto y mis tareas, pero nunca se le veía morbo al
dirigirse a mi, era muy respetuoso.
en él como hombre pues me parecía muy mayor para mí
y más bien lo veía como otro hermano, y yo pienso que a él
también le sucedía lo mismo ya que platicábamos mucho
sobre mi instituto y mis tareas, pero nunca se le veía morbo al
dirigirse a mi, era muy respetuoso.
Cuando cumplí mis
diecisiete
años mis padres hicieron una pequeña recepción para
un grupo muy selecto de amigos y varias de mis compañeras de colegio,
ellos querían hacer una fiesta más esplendorosa por ser su
única hija, pero yo no quise y les propuse que la plata que iban
a gastar en esa fiesta me la obsequiaran para ir a un tour a Miami, cosa
que accedieron.
años mis padres hicieron una pequeña recepción para
un grupo muy selecto de amigos y varias de mis compañeras de colegio,
ellos querían hacer una fiesta más esplendorosa por ser su
única hija, pero yo no quise y les propuse que la plata que iban
a gastar en esa fiesta me la obsequiaran para ir a un tour a Miami, cosa
que accedieron.
Pues bien, en esa
recepción,
yo lucía hermosa, con un vestido largo ceñido al cuerpo y
abierto a los lados que me hacía resaltar mis formas ya bien esculpidas,
era la atracción de la noche. Varias veces mi mirada se cruzó
con la de mi amigo Gerardo y empecé a ver un brillo que no era normal
en sus ojos, muchas veces lo vi parado en un rincón de la sala con
un trago en la mano y contemplándome de manera diferente.
yo lucía hermosa, con un vestido largo ceñido al cuerpo y
abierto a los lados que me hacía resaltar mis formas ya bien esculpidas,
era la atracción de la noche. Varias veces mi mirada se cruzó
con la de mi amigo Gerardo y empecé a ver un brillo que no era normal
en sus ojos, muchas veces lo vi parado en un rincón de la sala con
un trago en la mano y contemplándome de manera diferente.
Bailé el vals con todos
los
hombres invitados a la fiesta, como es costumbre en mi país. Inicié
el vals con mi padre quien me dijo que me veía muy hermosa esa noche
y que a partir de ese día ya era toda una mujer. Sus palabras me
taladraban el cerebro y yo me sentía la mujer más feliz del
mundo.
hombres invitados a la fiesta, como es costumbre en mi país. Inicié
el vals con mi padre quien me dijo que me veía muy hermosa esa noche
y que a partir de ese día ya era toda una mujer. Sus palabras me
taladraban el cerebro y yo me sentía la mujer más feliz del
mundo.
Uno a uno fueron
pasando todos los
hombres, primero mis hermanos, con los cuales bailé el vals. Inexplicablemente
para mi, el último en hacerlo fue Gerardo quien me tomó de
la cintura y me llevó casi en volandas hasta el centro de la sala
e iniciamos el baile. Yo sentía la presión de sus manos en
mi cintura, lo cual permitía que mi pecho estuviera muy pegado al
de él.
hombres, primero mis hermanos, con los cuales bailé el vals. Inexplicablemente
para mi, el último en hacerlo fue Gerardo quien me tomó de
la cintura y me llevó casi en volandas hasta el centro de la sala
e iniciamos el baile. Yo sentía la presión de sus manos en
mi cintura, lo cual permitía que mi pecho estuviera muy pegado al
de él.
Cuando estábamos en la
mitad
de la sala me dijo: "Te he estado contemplando toda la noche y me
he dado cuenta que eres muy hermosa, y me he preguntado por que no me había
dado cuenta que existías". Esas palabras me llegaron muy adentro
y sentí un escalofrío en todo el cuerpo. Me dijo que siempre
me había visto como una niña, como una hermana, pero ya me
había convertido en toda una mujer que hacía despertar los
instintos sexuales a cualquier hombre, como le estaba sucediendo a él.
Yo me ruboricé pero me sentí muy halagada; el pensar que
los hombres, y especialmente él, se estaban fijando en mí,
me provocó un placer inigualable, sentí que un calorcito
me bajaba desde la cabeza hasta los pies pasando por mi sexo.
de la sala me dijo: "Te he estado contemplando toda la noche y me
he dado cuenta que eres muy hermosa, y me he preguntado por que no me había
dado cuenta que existías". Esas palabras me llegaron muy adentro
y sentí un escalofrío en todo el cuerpo. Me dijo que siempre
me había visto como una niña, como una hermana, pero ya me
había convertido en toda una mujer que hacía despertar los
instintos sexuales a cualquier hombre, como le estaba sucediendo a él.
Yo me ruboricé pero me sentí muy halagada; el pensar que
los hombres, y especialmente él, se estaban fijando en mí,
me provocó un placer inigualable, sentí que un calorcito
me bajaba desde la cabeza hasta los pies pasando por mi sexo.
Mientras Gerardo me
hablaba, no
dejaba quieta su mano en mi cintura, empezó a subirla muy suave
y lentamente por mi espalda lo cual me estaba produciendo escalofríos,
y eso, aunado a su voz suave y melodiosa muy cerca de mi oído me
estaba haciendo sentir una excitación enorme, algo que nunca había
sentido, yo sentía que mis senos se iban a salir del sujetador,
y Gerardo se estaba dando cuenta de ello pues con mucho disimulo empezó
a mover su pecho en círculos restregándolo contra mis senos.
dejaba quieta su mano en mi cintura, empezó a subirla muy suave
y lentamente por mi espalda lo cual me estaba produciendo escalofríos,
y eso, aunado a su voz suave y melodiosa muy cerca de mi oído me
estaba haciendo sentir una excitación enorme, algo que nunca había
sentido, yo sentía que mis senos se iban a salir del sujetador,
y Gerardo se estaba dando cuenta de ello pues con mucho disimulo empezó
a mover su pecho en círculos restregándolo contra mis senos.
Como era el último
hombre
que estaba bailando el vals conmigo, rápidamente las demás
personas se fueron desentendiendo de nuestro baile, quitaron la vista de
nosotros y se fueron retirando hacía la sala, por lo que Gerardo
aprovechó para seguir bajando su mano hasta colocarla sobre mi trasero
y empezar a empujarme sobre su sexo. El placer fue indescriptible cuando
sentí su sexo sobre mi entrepierna, era un bulto grande y duro que
despertó en mi una gran lujuria, era el despertar de la mujer que
había dentro de mí.
que estaba bailando el vals conmigo, rápidamente las demás
personas se fueron desentendiendo de nuestro baile, quitaron la vista de
nosotros y se fueron retirando hacía la sala, por lo que Gerardo
aprovechó para seguir bajando su mano hasta colocarla sobre mi trasero
y empezar a empujarme sobre su sexo. El placer fue indescriptible cuando
sentí su sexo sobre mi entrepierna, era un bulto grande y duro que
despertó en mi una gran lujuria, era el despertar de la mujer que
había dentro de mí.
El vals terminó y nos
retiramos
hacía la sala, no sin antes tomarme de las manos y decirme al oído:
"Esto hasta ahora empieza, te tengo el mejor regalo de tu cumpleaños,
conmigo vas a sentir el placer más grande que te puedas imaginar
y que marcará tu vida".
hacía la sala, no sin antes tomarme de las manos y decirme al oído:
"Esto hasta ahora empieza, te tengo el mejor regalo de tu cumpleaños,
conmigo vas a sentir el placer más grande que te puedas imaginar
y que marcará tu vida".
Mi cabeza daba
vueltas, me sentía
mareada, me senté junto a mi hermano y Gerardo se sentó al
frente, cuando se sentó no pude apartar la vista de su entrepierna,
tenía curiosidad por ver y tocar aquel bulto que me produjo tanto
placer en el baile y él lo intuyó pues al sentarse, descaradamente
se abrió de piernas y me mostró su bulto en todo su apogeo;
yo quedé como hipnotizada y me imaginaba su pene largo y grueso
que apuntaba hacía mi, que me miraba y me hacía señas
que fuera hasta él y lo tomara con mis manos y lo acariciara.
mareada, me senté junto a mi hermano y Gerardo se sentó al
frente, cuando se sentó no pude apartar la vista de su entrepierna,
tenía curiosidad por ver y tocar aquel bulto que me produjo tanto
placer en el baile y él lo intuyó pues al sentarse, descaradamente
se abrió de piernas y me mostró su bulto en todo su apogeo;
yo quedé como hipnotizada y me imaginaba su pene largo y grueso
que apuntaba hacía mi, que me miraba y me hacía señas
que fuera hasta él y lo tomara con mis manos y lo acariciara.
La voz de mi hermano
preguntándome
sobre si me sentía bien me sacó de mis pensamientos, ordené
mis ideas y rápidamente me involucré en la conversación
que se presentaba en esos momentos, pero Gerardo nunca quitó su
vista de mí, lo que me mantuvo todo el tiempo turbada. Mi obsesión
era por saber cuál sería el regalo de Gerardo, algo muy dentro
de mí estaba esperando que me lo diera.
sobre si me sentía bien me sacó de mis pensamientos, ordené
mis ideas y rápidamente me involucré en la conversación
que se presentaba en esos momentos, pero Gerardo nunca quitó su
vista de mí, lo que me mantuvo todo el tiempo turbada. Mi obsesión
era por saber cuál sería el regalo de Gerardo, algo muy dentro
de mí estaba esperando que me lo diera.
Poco a poco los
invitados se fueron
retirando de la recepción, mis padres y mi hermano menor también
se retiraron a su habitación quedando solamente mi hermano mayor,
Gerardo y yo.
retirando de la recepción, mis padres y mi hermano menor también
se retiraron a su habitación quedando solamente mi hermano mayor,
Gerardo y yo.
Mi hermano destapó una
botella
de vino francés e iniciamos una serie de brindis, él brindó
por mi felicidad y por que me fuera muy bien en los estudios; siguió
Gerardo quien levantando la copa me miró a los ojos y dijo:"brindo
por aquella niña que en el día de hoy se convertirá
en mujer y el cual tendré el privilegio de contemplar". Mi
hermano, quien ya tenía unas copas de más, no le prestó
atención a sus palabras pero yo sí las tomé en toda
su dimensión y aquel calor volvió a invadir mi cuerpo y un
intenso cosquilleo se inició en mi entrepierna y sin medir consecuencias
tomé mi copa y mirándolo fijamente dije: "Brindo porque
los deseos que ocupan mi mente y mi cuerpo se hagan realidad en el día
de hoy".
de vino francés e iniciamos una serie de brindis, él brindó
por mi felicidad y por que me fuera muy bien en los estudios; siguió
Gerardo quien levantando la copa me miró a los ojos y dijo:"brindo
por aquella niña que en el día de hoy se convertirá
en mujer y el cual tendré el privilegio de contemplar". Mi
hermano, quien ya tenía unas copas de más, no le prestó
atención a sus palabras pero yo sí las tomé en toda
su dimensión y aquel calor volvió a invadir mi cuerpo y un
intenso cosquilleo se inició en mi entrepierna y sin medir consecuencias
tomé mi copa y mirándolo fijamente dije: "Brindo porque
los deseos que ocupan mi mente y mi cuerpo se hagan realidad en el día
de hoy".
Me tomé dos tragos de
vino
los cuales me ayudaron a calentarme mucho más, mi cabeza seguía
girando y mi cuerpo me estaba pidiendo algo que yo no podía darle
pero la persona que estaba a mi lado sí.
los cuales me ayudaron a calentarme mucho más, mi cabeza seguía
girando y mi cuerpo me estaba pidiendo algo que yo no podía darle
pero la persona que estaba a mi lado sí.
Mi hermano se excusó
por
no acompañarnos otro rato pero tenía audiencia al otro día
y se retiró a su habitación no sin antes decirle a su amigo
que la habitación de huéspedes estaba lista y que no se demorara
mucho porque al otro día tenían trabajo.
no acompañarnos otro rato pero tenía audiencia al otro día
y se retiró a su habitación no sin antes decirle a su amigo
que la habitación de huéspedes estaba lista y que no se demorara
mucho porque al otro día tenían trabajo.
Al quedar solos,
Gerardo me brindó
otra copa y acercándose a mí me tomó por la cintura
y lentamente acercó su boca sensual a mis labios y los besó
tiernamente; fui abriendo mi boca muy despacio para dar paso a su lengua
que se recreó con la mía un largo rato, sus besos eran tan
sensuales que me invadió un sopor y poco a poco fui dejándome
hacer por aquella boca que me quemaba.
otra copa y acercándose a mí me tomó por la cintura
y lentamente acercó su boca sensual a mis labios y los besó
tiernamente; fui abriendo mi boca muy despacio para dar paso a su lengua
que se recreó con la mía un largo rato, sus besos eran tan
sensuales que me invadió un sopor y poco a poco fui dejándome
hacer por aquella boca que me quemaba.
De pronto, Gerardo se separó
de mí y fue hasta el interruptor de la corriente eléctrica
y apagó las luces de la sala dejando solamente encendidas las de
la pequeña salita de recibo explicándome que era mejor, por
si acaso alguien se despertara, que pensaran que todo el mundo se había
retirado a dormir. Después de esto volvió al ataque, su boca
empezó a recorrer todo mi cuerpo por encima del vestido, primero
el cuello, luego los hombros, mis senos, mientras sus manos no se quedaban
quietas, empezó a recorrer mi espalda hasta llegar a mi trasero,
tomándolo con ambas manos y apretándolo muy sensualmente;
mi boca se abría y se cerraba como si me estuviera faltando aire
para respirar, dando paso a unos grititos que poco a poco se fueron convirtiendo
en gemidos de placer.
de mí y fue hasta el interruptor de la corriente eléctrica
y apagó las luces de la sala dejando solamente encendidas las de
la pequeña salita de recibo explicándome que era mejor, por
si acaso alguien se despertara, que pensaran que todo el mundo se había
retirado a dormir. Después de esto volvió al ataque, su boca
empezó a recorrer todo mi cuerpo por encima del vestido, primero
el cuello, luego los hombros, mis senos, mientras sus manos no se quedaban
quietas, empezó a recorrer mi espalda hasta llegar a mi trasero,
tomándolo con ambas manos y apretándolo muy sensualmente;
mi boca se abría y se cerraba como si me estuviera faltando aire
para respirar, dando paso a unos grititos que poco a poco se fueron convirtiendo
en gemidos de placer.
Luego, con su boca fue
bajando muy
despacio las tirantes de mi vestido, y al mismo tiempo con su mano derecha
fue bajando la cremallera para empezar a tirar de mi vestido hacia abajo
quedando solamente en ropa interior. Se apartó de mí y me
contempló de pies a cabeza diciendo: "Qué hermosa eres,
tienes un cuerpo espectacular"; mi ropa interior blanca resaltaba
en la penumbra, mis braguitas eran un triángulo en la parte delantera
y un hilo que iba desde mi entrepierna y se incrustaba en mis nalgas.
despacio las tirantes de mi vestido, y al mismo tiempo con su mano derecha
fue bajando la cremallera para empezar a tirar de mi vestido hacia abajo
quedando solamente en ropa interior. Se apartó de mí y me
contempló de pies a cabeza diciendo: "Qué hermosa eres,
tienes un cuerpo espectacular"; mi ropa interior blanca resaltaba
en la penumbra, mis braguitas eran un triángulo en la parte delantera
y un hilo que iba desde mi entrepierna y se incrustaba en mis nalgas.
Volvió y se acercó
a mí y empecé a quitarle la camisa, sus pectorales anchos
y fuertes llamaron mi atención, instintivamente tomé sus
pezones con mis labios y empecé a succionarlos y halarlos, lo cual
le produjo un gritito de placer. Solté su cinturón, bajé
su cremallera y halé sus pantalones quedando también en ropa
interior. Seguimos besándonos largamente, sin prisa pero sin pausa,
tomó mi cabeza y me fue guiando hacía abajo, e inicié
un recorrido por su cuerpo, primero su pecho, luego el ombligo hasta que
llegué a su sexo, tomé su slip y lo halé hacía
abajo quedando al descubierto su pene, me sorprendió su tamaño
y su grosor, nunca me imaginé que esa cosa fuera tan grande, había
visto algunas láminas en el colegio pero esto era distinto. Lo tomé
por los testículos y lo contemplé un rato y él me
dijo: "Ese es tu regalo de cumpleaños, dale un beso y verás
como se va despertando". Acerqué mi boca, pero repentinamente,
Gerardo tomó su pene y corrió su piel hacia atrás
quedando al descubierto una cabeza enorme y roja, coloqué mi boca
sobre ella, estaba caliente y me quemaba mis labios, poco a poco los fui
abriendo para darle cabida a esa enorme cabeza, empecé a succionar
y yo sentía que ese aparato iba creciendo más y más
y que no me iba a caber en mi boquita. Lentamente, inició un mete
y saca de su glande en mi boca que hizo estallar mi cabeza de intenso placer.
a mí y empecé a quitarle la camisa, sus pectorales anchos
y fuertes llamaron mi atención, instintivamente tomé sus
pezones con mis labios y empecé a succionarlos y halarlos, lo cual
le produjo un gritito de placer. Solté su cinturón, bajé
su cremallera y halé sus pantalones quedando también en ropa
interior. Seguimos besándonos largamente, sin prisa pero sin pausa,
tomó mi cabeza y me fue guiando hacía abajo, e inicié
un recorrido por su cuerpo, primero su pecho, luego el ombligo hasta que
llegué a su sexo, tomé su slip y lo halé hacía
abajo quedando al descubierto su pene, me sorprendió su tamaño
y su grosor, nunca me imaginé que esa cosa fuera tan grande, había
visto algunas láminas en el colegio pero esto era distinto. Lo tomé
por los testículos y lo contemplé un rato y él me
dijo: "Ese es tu regalo de cumpleaños, dale un beso y verás
como se va despertando". Acerqué mi boca, pero repentinamente,
Gerardo tomó su pene y corrió su piel hacia atrás
quedando al descubierto una cabeza enorme y roja, coloqué mi boca
sobre ella, estaba caliente y me quemaba mis labios, poco a poco los fui
abriendo para darle cabida a esa enorme cabeza, empecé a succionar
y yo sentía que ese aparato iba creciendo más y más
y que no me iba a caber en mi boquita. Lentamente, inició un mete
y saca de su glande en mi boca que hizo estallar mi cabeza de intenso placer.
Me tomó de los
hombros, me
levantó y me besó, su gran pene erecto me rozaba mi entrepierna
lo cual me producía una gran excitación. Me quitó
el sujetador y tomó mis pezones con su boca, casi me desmayo de
placer, mi cuerpo se empezó a estremecer, nunca había sentido
algo parecido.
levantó y me besó, su gran pene erecto me rozaba mi entrepierna
lo cual me producía una gran excitación. Me quitó
el sujetador y tomó mis pezones con su boca, casi me desmayo de
placer, mi cuerpo se empezó a estremecer, nunca había sentido
algo parecido.
Me recostó sobre el
sofá,
abrió mis piernas, metió su cuerpo en medio de ellas y empezó
a recorrer mi cuerpo con su boca hasta llegar a mi pubis, me besó
por encima de las bragas y siguió bajando, con su mano corrió
el hilo de mis bragas y llegó a mi vagina que se encontraba totalmente
empapada. La contempló y levantando su cabeza me dijo: "Estos
son los labios más gruesos y grandes que he visto en mi vida, qué
sexo tan rico tienes mi amor, con esto vas a volver locos a los hombres".
Tomó mis labios con su boca y empezó a recorrerlos de arriba
abajo, su lengua llegó a mi clítoris y ya no pude más,
mi cabeza estalló en mil pedazos y mi primer gran orgasmo se vino,
fue algo inolvidable, mi cuerpo se convulsionó y con mis piernas
apretaba la cabeza de Gerardo, mis jugos invadieron su cara.
abrió mis piernas, metió su cuerpo en medio de ellas y empezó
a recorrer mi cuerpo con su boca hasta llegar a mi pubis, me besó
por encima de las bragas y siguió bajando, con su mano corrió
el hilo de mis bragas y llegó a mi vagina que se encontraba totalmente
empapada. La contempló y levantando su cabeza me dijo: "Estos
son los labios más gruesos y grandes que he visto en mi vida, qué
sexo tan rico tienes mi amor, con esto vas a volver locos a los hombres".
Tomó mis labios con su boca y empezó a recorrerlos de arriba
abajo, su lengua llegó a mi clítoris y ya no pude más,
mi cabeza estalló en mil pedazos y mi primer gran orgasmo se vino,
fue algo inolvidable, mi cuerpo se convulsionó y con mis piernas
apretaba la cabeza de Gerardo, mis jugos invadieron su cara.
Poco a poco fui
saliendo del orgasmo,
me quitó mi braguita y la olió durante largo rato, cosa que
me excitó muchísimo, se incorporó y volví a
tomar su pene con mi boca, la sensación de chupar un pene es algo
grandioso, era muy grueso no me cabía en mi mano, pasé mi
lengua desde el glande hasta su base, tomé uno a uno sus testículos
y me los introduje en mi boca, los gemidos de placer de Gerardo no se hicieron
esperar.
me quitó mi braguita y la olió durante largo rato, cosa que
me excitó muchísimo, se incorporó y volví a
tomar su pene con mi boca, la sensación de chupar un pene es algo
grandioso, era muy grueso no me cabía en mi mano, pasé mi
lengua desde el glande hasta su base, tomé uno a uno sus testículos
y me los introduje en mi boca, los gemidos de placer de Gerardo no se hicieron
esperar.
Me volví a recostar en
el
sofá y se arrodilló entre mis piernas, volvió a tomar
mi clítoris con su boca, le pasaba su lengua por el capullo y lo
soltaba, era algo fantástico, su lengua volvió a recorrer
todo mi sexo desde el ano hasta la vagina, se recreó un rato en
mi ano, su lengua que parecía una daga, hacía círculos
alrededor de él, mientras tanto sus dedos jugaban con mi clítoris,
lentamente fue introduciendo su dedo anular en mi vagina y a medida que
iba entrando lo iba girando en círculo permitiendo que mi entrada
se fuera ensanchando, yo no aguantaba más y él se dio cuenta,
tomó mis piernas las colocó sobre sus grandes hombros, metió
un cojín debajo de mis nalgas y su enorme glande quedó justo
en la entrada de mi cuevita. Empezó a masturbarme con su glande
de arriba abajo, pasándolo por mi ano, luego fue introduciéndolo
poco a poco en mi vagina, cuando entró el glande inició un
mete y saca fabuloso, yo sabía que no iba a aguantar más,
mi segundo orgasmo se estaba acercando. Yo sentía que con cada empuje
suyo su enorme miembro entraba más y más dentro de mí
y que me estaba desgarrando por dentro, pero el placer era tan intenso
que cualquier molestia era soportable.
sofá y se arrodilló entre mis piernas, volvió a tomar
mi clítoris con su boca, le pasaba su lengua por el capullo y lo
soltaba, era algo fantástico, su lengua volvió a recorrer
todo mi sexo desde el ano hasta la vagina, se recreó un rato en
mi ano, su lengua que parecía una daga, hacía círculos
alrededor de él, mientras tanto sus dedos jugaban con mi clítoris,
lentamente fue introduciendo su dedo anular en mi vagina y a medida que
iba entrando lo iba girando en círculo permitiendo que mi entrada
se fuera ensanchando, yo no aguantaba más y él se dio cuenta,
tomó mis piernas las colocó sobre sus grandes hombros, metió
un cojín debajo de mis nalgas y su enorme glande quedó justo
en la entrada de mi cuevita. Empezó a masturbarme con su glande
de arriba abajo, pasándolo por mi ano, luego fue introduciéndolo
poco a poco en mi vagina, cuando entró el glande inició un
mete y saca fabuloso, yo sabía que no iba a aguantar más,
mi segundo orgasmo se estaba acercando. Yo sentía que con cada empuje
suyo su enorme miembro entraba más y más dentro de mí
y que me estaba desgarrando por dentro, pero el placer era tan intenso
que cualquier molestia era soportable.
Cuando llegó a tope,
sentí
sus testículos sobre mis nalgas, todo su enorme miembro estaba dentro
de mí, arqueé el cuerpo hacía arriba para sentir más
la penetración e inició unas embestidas fabulosas que me
llevaron hasta el cielo, después de un rato de estar penetrándome
me hizo girar de espaldas y desde atrás volvió a introducirse
dentro de mi tomándome de la cintura y embistiendo despacio pero
firmemente y mi segundo orgasmo se vino a torrentes.
sus testículos sobre mis nalgas, todo su enorme miembro estaba dentro
de mí, arqueé el cuerpo hacía arriba para sentir más
la penetración e inició unas embestidas fabulosas que me
llevaron hasta el cielo, después de un rato de estar penetrándome
me hizo girar de espaldas y desde atrás volvió a introducirse
dentro de mi tomándome de la cintura y embistiendo despacio pero
firmemente y mi segundo orgasmo se vino a torrentes.
Sus embestidas eran
cada vez más
rápidas, de pronto de un solo golpe sacó todo su sexo de
mi vagina, sonando como cuando se destapa una botella de champaña,
y se corrió en mi vientre, en mis senos y hasta en mi cara, instintivamente
me restregué todo su semen caliente en mi cuerpo, era algo fabuloso.
Me besó largamente en la boca con ternura, me abracé a él,
sus brazos fuertes me arroparon y me dijo al oído: "Estuviste
deliciosa, en todos estos años nunca había visto un sexo
tan hermoso como el tuyo, tus labios son grandes y gruesos tienes una vagina
estrecha y caliente y tu clítoris es sensacional, grande y pronunciado,
Pero vas a probar algo que nunca se olvidará, ese será el
recuerdo que llevarás de mí para siempre."
rápidas, de pronto de un solo golpe sacó todo su sexo de
mi vagina, sonando como cuando se destapa una botella de champaña,
y se corrió en mi vientre, en mis senos y hasta en mi cara, instintivamente
me restregué todo su semen caliente en mi cuerpo, era algo fabuloso.
Me besó largamente en la boca con ternura, me abracé a él,
sus brazos fuertes me arroparon y me dijo al oído: "Estuviste
deliciosa, en todos estos años nunca había visto un sexo
tan hermoso como el tuyo, tus labios son grandes y gruesos tienes una vagina
estrecha y caliente y tu clítoris es sensacional, grande y pronunciado,
Pero vas a probar algo que nunca se olvidará, ese será el
recuerdo que llevarás de mí para siempre."
Me tomó de la mano y
con
una seguridad pasmosa me llevó a su habitación, me acostó
de espaldas y me empezó a besar en la nuca, luego la espalda y después
mi trasero, me coloqué de rodillas levanté mi trasero y colocó
su cabeza entre mis piernas. Me besó desde la vagina hasta el ano,
tomó mi clítoris con sus labios y mientras jugaba con él,
mojó su dedo anular con mis jugos vaginales y lo fue introduciendo
en mi ano, despacio fue haciendo círculos alrededor de él
hasta que mi hoyito se fue acomodando a el dedo, la sensación era
bestial, estaba lista para correrme otra vez. Lentamente fue introduciendo
su segundo dedo el cual se acomodó rápidamente a mi esfínter,
sus movimientos circulares alrededor del ano permitían que se éste
se fuera ensanchando, me estaba preparando para la mejor enculada de mi
vida. Jamás pensé que mi regalo de cumpleaños llevará
sorpresa por dentro.
una seguridad pasmosa me llevó a su habitación, me acostó
de espaldas y me empezó a besar en la nuca, luego la espalda y después
mi trasero, me coloqué de rodillas levanté mi trasero y colocó
su cabeza entre mis piernas. Me besó desde la vagina hasta el ano,
tomó mi clítoris con sus labios y mientras jugaba con él,
mojó su dedo anular con mis jugos vaginales y lo fue introduciendo
en mi ano, despacio fue haciendo círculos alrededor de él
hasta que mi hoyito se fue acomodando a el dedo, la sensación era
bestial, estaba lista para correrme otra vez. Lentamente fue introduciendo
su segundo dedo el cual se acomodó rápidamente a mi esfínter,
sus movimientos circulares alrededor del ano permitían que se éste
se fuera ensanchando, me estaba preparando para la mejor enculada de mi
vida. Jamás pensé que mi regalo de cumpleaños llevará
sorpresa por dentro.
Tomó su pene erecto,
lo untó
de saliva y su enorme glande se ubicó en la puerta de mi ano, me
tomó de la cintura y embistió fuerte, mi ano se abrió
y dio paso a su enorme cabeza, el dolor era intenso pero mucho más
grande era el placer. Rápidamente mi esfínter se tragó
su cabeza y él se quedó quieto un rato esperando que mi hoyito
se acomodara al intruso, el placer era tan intenso que yo tomé la
iniciativa y empecé a moverme hacia delante y hacía atrás
ensartándome cada vez más ese tolete de carne, hasta que
mi esfínter se lo engulló totalmente, sin darme cuenta había
bajado mi mano hasta el clítoris y empecé a masajearlo en
círculos hasta que llegó mi tercer orgasmo de la noche, mi
cabeza estalló en mil pedazos, me agarré fuerte de sus piernas
y me dejé transportar por el placer, aumentado por el chorro de
semen que invadió mis entrañas, perdí la noción
del tiempo, me fui de bruces sobre la cama, sintiendo el peso del cuerpo
de Gerardo en mi espalda, quedándose un rato más dentro de
mí, hasta que su miembro perdió su potencia.
de saliva y su enorme glande se ubicó en la puerta de mi ano, me
tomó de la cintura y embistió fuerte, mi ano se abrió
y dio paso a su enorme cabeza, el dolor era intenso pero mucho más
grande era el placer. Rápidamente mi esfínter se tragó
su cabeza y él se quedó quieto un rato esperando que mi hoyito
se acomodara al intruso, el placer era tan intenso que yo tomé la
iniciativa y empecé a moverme hacia delante y hacía atrás
ensartándome cada vez más ese tolete de carne, hasta que
mi esfínter se lo engulló totalmente, sin darme cuenta había
bajado mi mano hasta el clítoris y empecé a masajearlo en
círculos hasta que llegó mi tercer orgasmo de la noche, mi
cabeza estalló en mil pedazos, me agarré fuerte de sus piernas
y me dejé transportar por el placer, aumentado por el chorro de
semen que invadió mis entrañas, perdí la noción
del tiempo, me fui de bruces sobre la cama, sintiendo el peso del cuerpo
de Gerardo en mi espalda, quedándose un rato más dentro de
mí, hasta que su miembro perdió su potencia.
Se giró sobre sí y
yo me subí sobre su cuerpo, permaneciendo un largo rato en silencio.
Después hablamos un rato sobre mi primera experiencia sexual, de
sobre si me había gustado y si me sentía satisfecha. Yo le
contesté que jamás había pensado que podía
dar y recibir tanto placer, que me había hecho la mujer más
feliz, que había sido fantástico haberme iniciado con una
persona adulta, de experiencia como él y que la próxima vez
me correspondería a mí darle todo el placer del mundo, le
di un beso de despedida, pasé por la sala recogí mi ropa
y me fui a disfrutar de los mejores sueños de mi vida.
yo me subí sobre su cuerpo, permaneciendo un largo rato en silencio.
Después hablamos un rato sobre mi primera experiencia sexual, de
sobre si me había gustado y si me sentía satisfecha. Yo le
contesté que jamás había pensado que podía
dar y recibir tanto placer, que me había hecho la mujer más
feliz, que había sido fantástico haberme iniciado con una
persona adulta, de experiencia como él y que la próxima vez
me correspondería a mí darle todo el placer del mundo, le
di un beso de despedida, pasé por la sala recogí mi ropa
y me fui a disfrutar de los mejores sueños de mi vida.
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